El acelerador del equilibrio emocional

Al crecer en la Ciudad de México, me inspiró la compasión de mis padres y mi abuela, ambos maestros dedicados que valoraban la empatía por encima de todo. Pero mi propio viaje hacia la sanación nació de un profundo dolor personal. Cuando enfrenté la pérdida prematura de mi madre, los desafíos de una relación rota y mis propias luchas con la pertenencia al mudarme a Luxemburgo, sentí una profunda soledad y desconexión.

En mis momentos más oscuros, busqué un significado y anhelé comprender cómo podía transformar el dolor en algo que me empoderara. Comencé a explorar el Reiki, la meditación y varias prácticas curativas. Estas prácticas se convirtieron en mi salvavidas, ayudándome a reconectarme conmigo misma, a encontrar la paz interior y, en última instancia, a reconstruir una vida con propósito y alegría. Con los años, me convertí en instructora de autocuración, maestra sanadora energética y guía para otras personas que enfrentan sus propios desafíos vitales.